El jamón serrano es una delicia que ha conquistado paladares alrededor del mundo. Sin embargo, al ser un producto curado y conservado durante largo tiempo, en ocasiones puede aparecer moho en su superficie.

Este moho, aunque suele ser inocuo y una parte natural del proceso de curado, puede no ser estéticamente agradable para muchos. Si te encuentras con este problema en tu pieza de jamón, ¡no te preocupes! Estás en el lugar indicado para descubrir cómo quitarlo y conservar intacto el delicioso sabor de tu jamón.
No solo te ayudaremos a devolverle su apariencia ideal, sino que también te ofreceremos tips para prevenir la aparición del moho en el futuro.
¿Por qué aparece moho en el jamón serrano?
El moho en el jamón serrano aparece por varias razones, relacionadas principalmente con el proceso de curación y las condiciones de almacenamiento. Aquí te explicamos por qué sucede:
- Proceso natural de curación: El jamón serrano se cura al aire libre durante varios meses, y este proceso implica una lenta deshidratación de la pieza de carne. Durante este tiempo, el jamón está expuesto a las condiciones ambientales y a diversas bacterias y hongos presentes en el aire. Algunos de estos microorganismos, como los mohos, encuentran en la superficie del jamón un lugar propicio para crecer, especialmente en piezas que se curan de manera tradicional.
- Humedad: El moho es un hongo, y como tal, prospera en ambientes húmedos. Si el jamón se almacena en un lugar con alta humedad, es más propenso a desarrollar moho en su superficie. Las fluctuaciones en la humedad del ambiente también pueden favorecer la aparición de moho.
- Ventilación inadecuada: Una correcta ventilación es esencial para mantener el jamón en buen estado. Si el aire no circula adecuadamente alrededor del jamón, puede favorecer la formación de bolsas de humedad y, por ende, el crecimiento de moho.
- Contacto directo: Si el jamón entra en contacto con superficies o herramientas que ya tienen moho, como cuchillos o tablas de cortar, puede contaminarse y desarrollar moho.

¿Cómo eliminar el moho del jamón serrano?
Eliminar el moho del jamón serrano es un proceso sencillo, siempre y cuando se haga con cuidado para no afectar el sabor y la textura de esta delicia culinaria. A continuación, te detallamos los pasos a seguir:
Inspección del moho
Antes de proceder, es importante revisar la pieza de jamón para identificar el tipo y extensión del moho. En su mayoría, el moho que aparece en el jamón es superficial y se presenta como una capa blanca, que suele ser cuando ya lo hemos cortado y consumido parte de él.
Si al cortar detectas moho en su interior o notas un olor desagradable, es probable que la pieza esté en mal estado. En estos casos, es mejor no consumirlo. El moho interno o un aroma rancio indican que hubo un problema durante el proceso de curación o almacenamiento.
Limpieza superficial
Si el moho es solamente externo, toma un paño limpio y húmedo de algodón que no suelte pelusa.
Frota con cuidado la zona afectada para eliminar el moho.
Asegúrate de lavar y secar bien el paño entre pasadas para no esparcir las esporas del moho a otras áreas del jamón.
Corte superficial
Si la presencia de moho es más persistente, puedes optar por cortar con cuidado la zona afectada. Usa un cuchillo afilado y limpio, y retira solo una fina capa de la superficie, procurando no desperdiciar más jamón del necesario.
Evita aceites y productos químicos
Aunque algunas fuentes sugieren usar aceite o vinagre para limpiar el moho, estos pueden alterar el sabor y aroma del jamón.
Es recomendable evitar estos métodos, a menos que estés seguro de que no afectarán la calidad del producto.

¿Cómo hacer que no aparezca moho en el futuro?
Prevenir la aparición de moho en el jamón serrano es esencial para mantenerlo en óptimas condiciones y disfrutar plenamente de su sabor. Aquí te dejamos algunas recomendaciones clave para lograrlo:
- Usar grasa como protectora: Luego de cortar una porción de jamón, cubre la superficie expuesta con los trozos de grasa que hayas retirado inicialmente. Esto crea una barrera que protege el jamón de la exposición directa al aire y, por ende, reduce las posibilidades de que aparezca moho.
- Almacenamiento en condiciones adecuadas: Asegúrate de que el jamón esté en un lugar seco y fresco. Es importante evitar la exposición directa al sol y a temperaturas altas, por lo que debemos descartar sitios como terrazas, incluso si están en la sombra o resguardadas en armarios.
- Evitar la humedad: La humedad es uno de los principales factores que propician la aparición de moho. Si decides almacenar el jamón en la cocina, asegúrate de que esta esté bien ventilada, especialmente después de cocinar o si se usa un humidificador. Si vives en una zona de alta humedad, considera el uso de deshumidificadores o bolsas de sílice para mantener el ambiente seco.
- Ventilación adecuada: Asegúrate de que el jamón tenga buena circulación de aire alrededor. Si lo guardas en un soporte de jamón, colócalo en un lugar donde el aire fluya libremente. Esto evitará la acumulación de humedad y reducirá las chances de que se forme moho.
- Manipulación con cuidado: Siempre que manejes el jamón, utiliza herramientas limpias y, preferiblemente, usa guantes para evitar el contacto directo con las manos, que pueden introducir bacterias y hongos.